
Hasta el siglo XVII, la palabra Crisis estaba ligada exclusivamente a la medicina (ha superado o no una crisis médica) pero hoy en día eso ha cambiado, y además de utilizarla en términos médicos la utilizamos en el medio político, económico, social...
Cuando hablamos de crisis, nos referimos a un momento de cambio, tanto para mejorar como para ir a peor; nos tenemos que reinventar.
Tras mirar estos datos se llega a la conclusión que el dinero no hace la felicidad, pero si ayuda a nuestra sociedad a conseguir parte de ella, eso sí, tenemos que cambiar el chip, debemosp empezar a cooperar más entre todos para conseguir dejar a un lado este individualismo que nos marca constantemente; el mirar sólo por nosotros. Tenemos que volver a considerar las prioridades dado que con el estudio queda claro que las cosas sencillas, el que menos tiene es más feliz.
Hoy en día hemos visto como ha fracasado nuestra apuesta por el materialismo; a pesar de tener más de todo somos más infelices que antes.
Por otro lado, tenemos la crisis ecológica que ya se vaticinó en el año 72 , aunque el último informe donde establecen nueve parámetros de la salud del planeta que no deben pasarse, han establecido varemos cuantitativos para siete de ellos,y así poder valorarlos.
Nos informan que basta con uno de ellos que salga de los límites de seguridad para que cambie el planeta en que vivimos e incluso puede llevarnos a la destrucción del mismo. Y eso ya está pasando, estamos destruyendo el planeta a pasos agigantados.
Tenemos la creencia que consumir, gastar..., hace que la sociedad avance y evolucione pero no hemos tenido en cuenta las consecuencias de nuestros actos o al menos no hemos valorado alternativa para ellos, los excesos de energéticos, el poco ahorro de agua, el uso de tecnología desmedida, ha sido una de las grandes causa del calentamiento global, así como deforestación, eliminación de fauna y flora..., que nos está empezando a pasando factura ya.
Necesitamos otros indicadores de progreso, tenemos que considerar más a las personas y el entorno que nos queda, debemos cuidarlo porque es nuestro futuro y el de los que nos preceden. No podemos seguir consumiendo por encima de la posibilidad de regeneración del planeta. El consumo no nos ha hecho más felices, todo lo contrario.
El Sr. Pigem nos presenta un estudio sobre el grado de felicidad de las personas en distintos lugares del planeta y aunque los resultados parezcan sorprendente la verdad es que la gente es más feliz cuanto menos tiene (nosotros los identificaríamos como los menos avanzados tecnológicamente)
Índice del Planeta Feliz 2006 | Índice del Planeta Feliz 2009 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Ahora este cambio está en nuestras manos, hay que dejar de pensar ¿para qué? ¡Si sólo lo hago yo¡¡¡. las pequeñas acciones que cada uno podamos hacer puede traer un cambio por el tema causa-efecto,.
El camino a recorrer es largo y nuevo otra vez, pero el fin merece la pena "nuestro mundo, nuestro futuro y el de los que nos precederán".
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